Video: https://youtu.be/hPMn611u7Rk
Entiendes que la salvación es por la fe en Jesús y que creer es suficiente para ser salvo. Pero parece que tu duda es más sobre la calidad de esa fe, ya que no todas las personas tienen una comprensión clara de la obra de Cristo o de la suficiencia de creer para ser salvo, independientemente de las obras.
Un creyente se salva, sin importar el tamaño de su fe o la calidad de la misma. La respuesta del ciego sanado es interesante: "Si él (Jesús) es un pecador, no lo sé; una cosa que sé que habiendo yo sido ciego ahora veo". Solo después llegó a conocer mejor, quién era el que le había sanado.
No existe un grado de fe que puedas considerar más o menos salvadora, porque lo que salva no es la fe o su calidad, sino la obra de Cristo. Fui católico durante un año y sabía que estaba salvo, a pesar de que hay una carga de enseñanza en el catolicismo que mezcla la fe y las obras como condición para la salvación. Obviamente me convertí a Cristo, pero no tenía ni un poco de entendimiento que tengo hoy.
Es difícil generalizar que los católicos o cualquier grupo cree en "fe + obras", porque nadie conoce la fe individual solo Dios. Incluso en un grupo donde se enseña la salvación por "fe + obras" hay personas que realmente creen en Cristo porque se consideran indignos de ser salvados por sus propios méritos o incapaces de hacer suficientes obras para su salvación.
Creo que muchos católicos están salvos, y si le pides a alguno de ellos que te explique exactamente la razón, él no sabrá cómo responder. Hay muchos "evangélicos" que también agregan cosas a la salvación, como tener algún don o manifestación sobrenatural, vestirse así o asa, bautizarse y muchas otras cosas que ponen a la par con cualquier creencia de "fe + obras".
Vea la cuestión de la seguridad de la salvación, es decir, del creyente que no pierde la salvación después de ser salvo. La mayoría de las personas no cree así porque no se
dieron cuenta de que ellos mismos no creían por su propia voluntad, sino porque fueron objeto de una intervención divina. Nadie cree por sí mismo. Es una obra de Dios. La certeza de la salvación es un privilegio que solo entendemos cuando nos damos cuenta de que ni siquiera el nuevo nacimiento dependía de nosotros (¿alguna vez has visto a un bebé nacer por sí mismo?), Sino de Dios.
Está claro que esas doctrinas mezcladas, que incluyen obras para salvar o mantener a alguien a salvo, que se enseñan tanto en el catolicismo como en el protestantismo, especialmente en sus líneas pentecostales, terminan desfigurando la doctrina pura de la salvación solo por la fe. Pero no es solo esto lo que desfigura la doctrina.
Si yo creo que necesito pertenecer a alguna religión o denominación como parte de la vida cristiana, también estoy diciendo que Cristo, que consideré suficiente para mi salvación, no es suficiente como el único Nombre bajo el cual debería congregarme o con el cual yo debo ser identificado como quien creyó. Cualquier inserción de elementos humanos en la conversión y en la vida de adoración cristiana es una deshonra para Aquel, que es suficiente para salvar y reunir los suyos.
A lo largo de la Biblia vemos casos de personas que creyeron, .a pesar de que no tenían una fe perfecta. Naamán se convirtió al Dios vivo, pero le pidió a Dios que no mirara cuando tenía que entrar con su rey (el jefe) en el templo del dios de ellos. Elías se creía el mejor porque Dios lo usó maravillosamente, y se consideró único, hasta que escuchó de Dios que había 700 personas que no habían doblado las rodillas ante los ídolos.
Nicodemo va a encontrarse con Jesús por la noche, temeroso de los otros principales judíos, después defiende al Señor ante los principales judíos Y no hemos oído hablar de José de Arimatea a lo largo del evangelio, pero su nombre brilla en un momento tan crítico. cuando incluso los discípulos se hayan alejado, él va y pide el cuerpo de Jesús, un coraje que pocos tendrían, ya que fue demasiada exposición. Dios siempre trae sorpresas, así que no debemos juzgar por las apariencias.
Por lo tanto, no cabe en nosotros juzgar la calidad de la fe de cada uno, ni cabe en nosotros decir qué acontece aquellos que parten de este mundo, cabe a Dios. Si la salvación dependiera de la precisión de la fe o la calidad de mi creencia, entonces ninguno de nosotros seria salvo, porque jamás seremos capaces de entender toda la verdad aquí ni en el cielo. Hay cosas que siempre estarán fuera del alcance del hombre, que ahora vive bajo este cielo y vivirá en el tercer cielo, porque están "por encima de todos los cielos". La verdad es Cristo, y nunca agotaremos lo que debemos de saber de él. Al final de Juan dice que ni todo el mundo podría contener todos los libros, si se escribiera todo lo que Jesús hizo. Su obra es tan infinita como él.
A veces, una comprensión que nos parezca correcta es en realidad el resultado de un conjunto de factores culturales. ¿Cómo se salvaría alguien que no tuviera acceso a estos mismos factores culturales? Un misionero, traduciendo los evangelios a una tribu en la Amazonía, descubrió que no había la palabra "fe" en el vocabulario de los indios, o una palabra parecida. Entonces él usó para "fe" el término que usaban para "colgar la red". Porque por la noche, en la puesta del sol, colgaban sus redes en los troncos que sostenían
la enorme carpa, y lo hacían muy alto para evitar el ataque de los animales. Si el tronco o la sujeción no se seria firme, se caerían y podrían morir. Entonces "atar la red en Jesús" significaba creer que Él era firme para librarnos de la muerte. Así los indios entendieron.
Otro, para explicar el pasaje de la casa construida sobre la roca, tuvo que cambiarse a la casa construida sobre la arena, porque los indios pensaban que alguien que construyera sobre la roca sería un tonto. Lo correcto era construir en la arena, donde podrían clavar los palos de la carpa.
Como puede ver, no es tan simple afirmar que uno se salva o no por una generalización de lo que se predica en medio de donde frecuenta o de la precisión de su entendimiento de la obra de Cristo. Los pentecostales creen que eres salvo por la fe, pero te mantienes salvo por las obras (si caes, pierdes), lo cual es tan incorrecto como decir que la salvación es por la fe y obras. Pero, ¿quién puede decir que nadie allí será salvo porque no creyó de acuerdo con una definición precisa de fe?
Conocí a un hombre que fue un libertino toda su vida. En su lecho de muerte, cuando se desesperaba de su situación, le dijeron que le pidiera a Jesús que lo salvara. Este hombre murió llamando por el nombre de Jesús. ¿Cuánto entendió sobre la fe que enseña la Biblia, la obra de Cristo en la cruz o de la Biblia? Cero. Ahora, ¿qué Dios dejaría de salvar a alguien que, en el momento de la muerte, invoca el nombre de Jesús? ¿o que dice “Señor acuérdate de mí”? Para cualquiera de ellos, el Señor tiene la misma palabra: "Hoy mismo estarás conmigo".
En fin, no es cuánto sabemos de Cristo, cuánto creemos en Él, cuánta confusión o falta de lo que hacemos con las doctrinas bíblicas que pesan sobre la salvación, sino la obra - ¡obra bendita! – de que Dios quiere salvar. Y si Él quiere salvar a alguien que era incluso un hereje (y Pablo fue uno que persiguió al Señor), Él le dará a esa persona, aunque sea un átomo de fe suficiente para llevar a la salvación a través de la obra de Cristo. Muchos se sorprenderán cuando se vean en el cielo porque no entenderán exactamente el proceso de cómo llegaron allí. Simplemente clamaron por el nombre de Jesús y fueron salvos.
Si creemos que nuestra capacidad de entender y ejercer una fe de calidad (sin errores) en el Señor tiene peso en la salvación, estamos diciendo que existe algún tipo de obra, en el caso intelectual, incrustado en el proceso. Por supuesto, si alguien quiere saber qué necesita hacer para salvarse, le diré que necesita creer. Pero una cosa que descubrirá solo después de creer es que incluso creer no vino de él, sino que fue el resultado de la obra de un Dios que quería salvarlo.
