Respondió Jesús y le dijo: de cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. San Juan 3:3 El "nacer de nuevo" en la mayoría de las traducciones en español es literalmente "nacer de lo alto" o de Dios. Es un nacimiento espiritual, en el verso 6 el Señor explica: "Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es" . Vea que es "nacido del Espíritu" con mayúsculas, o sea, un nacimiento espiritual, de arriba o de Dios, por la obra del Espíritu Santo (el "viento" en el verso 8).
El diálogo va más allá para mostrar que el Señor está hablando de cosas espirituales y Nicodemo está malentendiendo como cosas terrenales (nacimiento natural).
El nacimiento espiritual o de lo alto también se muestra como "nacer del agua y del Espíritu", que muchos malentienden con el bautismo cristiano. No, para entender qué "agua" es esa, debemos recurrir a Efesios 5:26: ahí dice "para santificarla. Habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra". Ahí "agua" se refiere a la Palabra de Dios.
Entiendo que el nuevo nacimiento es recibir la vida de Dios en el proceso de la conversión, y hay una hermosa imagen de esto en la boda de Caná, cuando se acaba el vino y el Señor envía a los siervos (figura del Espíritu Santo) para llenar las tinajas de piedra. (figura del ser humano) con agua (figura de la Palabra). Entonces el Señor hace el milagro y transforma esa agua en vino (figura de la vida en su asociación con sangre y alegría en Sal 104: 15).
Resumiendo, la obra del Espíritu es hacer que una persona se llene de la Palabra de Dios para que pueda recibir la vida. ¿Por qué? Porque "mientras aún estábamos muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo" Efesios 2:5.
Su otra pregunta se refiere a Romanos 7, que no es solo la experiencia del apóstol Pablo, sino de todos los que nacen de nuevo. La referencia de haber sido el último mandamiento que tocó la conciencia de Pablo está en el hecho de haber sido irreprensible según la justicia de la ley, al menos en la práctica de lo que nos justifica ante los hombres, o sea, las obras. Pero en aquello que solo Dios ve, el apóstol no podía considerarse irreprensible. Y podemos tomar Romanos 7: 7 como una confesión, no solo de él, sino de todos los que nacen de nuevo. Nosotros podemos mantener una buena apariencia exterior, como las personas que estarían guardando los mandamientos. pero, me pregunto, ¿conseguimos dejar de codiciar? ¿conseguimos evitar el pensamiento pecaminoso? No, pues cuando decidimos prevenirlo es porque ya sucedió.
Cuando una persona entra en contacto con la Palabra de Dios, el Espíritu Santo actúa sobre esa persona dándole vida. Este es el nacimiento de lo alto, o nacer del agua en San Juan 3 (de la Palabra, no del bautismo; compare con Efesios 5:26) o de la semilla incorruptible (la Palabra) en 1 Pedro 1:23. Un hombre nacido de nuevo, aunque salvo, aún no es completamente libre. Ahí es donde se ve su conciencia de pecado y su incapacidad para cumplir la ley de Dios, descubriendo que hay dentro de ti una nueva criatura que es incompatible con su carne o su viejo hombre. El descubrimiento total ocurre en Romanos 7:24, cuando reconoce que lleva consigo un cuerpo de muerte y necesita a alguien que lo libere. El descubrimiento de su completa salvación y liberación se da en el versículo 25 y la comprensión de esto en el capítulo 8.
Autor: Mario Persona
Traducción: Rudnei R. dos Santos
Edición: David Cristhian
Revisión: D.M.