Video: https://youtu.be/OgIyuHtVfac
Crees que una persona salvada por Cristo puede perder la salvación al afirmar que "... la doctrina de que una vez salvo, salvo para siempre no es bíblica. De lo contrario, yo podría negar la fe cuando quisiera". En cuanto a su idea de que puede negar su fe, debo decir que, si realmente ha nacido de Dios, Él lo cuidará hasta el final.
Aunque desafortunadamente tú y yo podemos caer, porque "siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse" Proverbios 24:16 (RVR 1960), podemos estar seguros de que "el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después de que haya padecido un poco de tiempo, ÉL MISMO OS PERFECIONE, AFIRME, FORTALEZCA Y ESTABLEZCA. " 1 P. 5:10 (RVR 1960)
"el cual también os confirmará HASTA EL FIN, PARA QUE SEÁIS IRREPRENSIBLES EN EL DÍA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO" 1 Co. 1: 8 (RVR 1960)
"estando persuadido de esto que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo" Fil. 1: 6 (RVR 1960)
"Para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos" 1 Tes. 3:13 (RVR 1960)
“Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios, que tiene misericordia” Ro. 9:16 (RVR 1960)
Cuando entendemos que no solo nuestra salvación depende de Dios, sino que también el mantenimiento de nuestra salvación depende de Él, podemos descansar sabiendo que Él nos hará completar nuestro viaje aquí. Al contrario de lo que muchos piensan, esto no nos lleva a tratar el pecado a la ligera, sino que aumenta el sentimiento de responsabilidad genuina. Cuando sabemos que la gracia de Dios es grande para llegar a este punto, nuestros corazones se llenan de temor, no de perder nuestra salvación, sino sabiendo cuán grandiosa fue la obra de Cristo por nosotros. Un verdadero creyente nunca perderá la salvación; Dios se asegurará de que nada ni nadie pueda sacarlo de las manos del Padre. Y un verdadero creyente, sabiendo esto, nunca dirá: "Si es así, pecaré a voluntad". El que piensa así nunca fue salvo, nunca conoció la gracia de Dios.