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Usted escribió preguntando: ¿Hay alguna diferencia entre infierno, lago de fuego, hades, sheol, geena?¿Estos son términos que se encuentran en la Biblia? En los idiomas originales de la Biblia, el infierno es Geena, con otra palabra, Hades, que se refiere a otra cosa. Desafortunadamente, en nuestra traducción, el infierno se usa indistintamente para Geena y para Hades. Pero Hades es diferente del infierno (o Geena). El infierno es el lugar donde serán arrojados los muertos después del juicio final del gran Trono Blanco, y este lugar no fue preparado para los hombres sino para el diablo y sus ángeles, para aclarar mejor, la palabra infierno no existe en la Biblia, existe la palabra lago de fuego, un lugar donde los incrédulos estarán, aquellos que rechazaron a Cristo. Dios no asignó al hombre a la perdición, pero el hombre, cayendo en el pecado y no aceptando la gracia salvadora que envió a Cristo a la cruz para redimirnos, será arrojado en el lago de fuego que arde eternamente, y permanecerá con los ángeles caídos, con Satanás y sus ángeles.
El Hades o Sheol que aparece en los originales (Mateo 11:23 en griego) no es tanto un lugar físico, sino que significa la designación del estado del alma después de la muerte. Es el mundo invisible, el hades es el mundo invisible de los espíritus de aquellos que murieron. Significa un estado intermedio entre la vida y la resurrección, (para los salvos) o el juicio, (para los que perecen), porque estos al final también saldrán del hades para recibir sus cuerpos y ser arrojados al lago de fuego, pero mientras tanto los salvos tienen su alma y espíritu en el hades, no exactamente en un lugar, sino en un estado o condición de muerte que está separado del cuerpo, pero están con Cristo, esa es la diferencia. El ladrón en la cruz escuchó la promesa del Señor: "... De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.". Su cuerpo aún no ha resucitado, y no resucitará hasta el arrebatamiento de la iglesia y la resurrección de los salvos, como leemos en 1 Tesalonicenses 4:16, pero su alma ya estaba disfrutando del gozo de la presencia de Cristo. Y así ocurre con los que mueren "en Cristo"; muchos piensan el Señor Jesús fue sepultado, no, su cuerpo fue enterrado, y en el momento en que murió el Señor Jesús, su espíritu fue al cielo y cuando murió el ladrón, su espíritu fue al cielo también, por lo que los dos se encontraron en ese mismo día, tres días después el espíritu del Señor regresaría a la tierra, para resucitar en su cuerpo que estaba esperando en la tumba, luego se quedaría con sus discípulos por un tiempo aquí en la tierra y luego ascendería al cielo con un cuerpo ya de carne y huesos para estar para siempre en el cielo, un hombre en el cielo. El hombre rico que se menciona en Lucas 16 afirma estar atormentado por la llama (versículo 24). Cuando leemos en Apocalipsis 20:13 y 14 dice: "... y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras.
Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda”.
La segunda muerte es el estado final que es irreversible y eterno en el que los que perecen permanecerán, por toda la eternidad. No hay retorno, no hay consuelo, no hay esperanza de alivio. no hay luz ni comprensión allí. No hay nada que pueda ocultar al hombre de su pecado, y todos sus sentidos estarán en perfecta actividad, y él sufrirá en ese lugar, el hombre no redimido por Cristo. Observe cómo el hombre rico en Lucas 16 sintió sed y se entristeció por sus hermanos, él podía hablar, escuchar, etc. Pero había un gran abismo que lo separaba del consuelo que Lázaro estaba recibiendo en "el seno de Abraham", que es una figura de la presencia de Dios.
Los que mueren van al Hades en espíritu, pero allí esperan el juicio final en un estado consciente de tormento, los que mueren sin Cristo. Solamente después del Gran Trono Blanco de Apocalipsis 20:13,14 que serán arrojados al infierno propiamente dicho, que es el lago de fuego, que sería la mejor traducción para ese término, será mucho mayor el sufrimiento que lo que ellos experimentan hoy en el Hades, aquellos que murieron sin Cristo. De la misma manera, los que mueren en Cristo, con Cristo, van a su bendita presencia, como dijo Pablo, "... morir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor;" (Fil 1:23). Él dijo que esto sería mejor incluso que vivir su propia vida. Pero en el arrebatamiento, que acontecerá antes de la tribulación y la gran tribulación, los que murieron en Cristo resucitarán de entre los muertos, como Cristo resucitó, cuyo cuerpo fue sepultado tres días y tres noches, más le dijo al ladrón: "HOY estarás conmigo en el paraíso". Cristo es las primicias de los que durmieron, (1 Corintios 15:20) o sea, Jesús es el primer ser humano que resucitó, ningún otro ha resucitado antes que él, esas resurrecciones que se encuentran en el Antiguo y Nuevo Testamento son de personas que murieron, fueron resucitados, pero más tarde murieron de nuevo, porque Jesús es el único hombre con un cuerpo resucitado en el cielo, él fue resucitado primero, y nosotros también resucitaremos por el mismo poder que lo resucitó. Nosotros pasaremos por la misma experiencia (1 Corintios 15:23). El estado del creyente después de su muerte es de gozo, pero no es el mismo que el estado en el que estará después de la resurrección, que sucederá, para los salvos, en el arrebatamiento, porque entonces el creyente también estará con su cuerpo en una condición glorificada. con Cristo en el cielo.
(Diccionario Bíblico Conciso).
